martes, 6 de julio de 2010

Maite Martin, poeta


FESTIVAL de

VERANO

TERRAL


Mayte Martín. alCANTARaMANUEl
4 de Julio de 2010

Teatro Cervantes

Por José Antonio Triguero
Fotos: Daniel Pérez TC



Espacio escénico sencillo, sobrio y sugerente en el que se presentó Mayte Martín. En él se podía ver un esquemático mar, entre otras sugerencias que el juego de la luz desvelaba sobre las telas negras y blancas. Claro que también llegué a pensar que era muy grande el Cervantes para un planteamiento tan íntimo y que hubiera resultado mejor en el Echegaray. Eso sí, no se podría acomodar tanta gente. Todo tiene sus pros y sus contras.



Hizo un concierto serio, concentrado, con intención poética como no podía ser de otro modo. Las letras salieron del papel y el lápiz de Manuel Alcántara, poeta. Concierto muy exigente para los músicos, para ella misma, para los técnicos y para los asistentes. No es fácil poner música a la poesía con acierto. En forma de canción, la cantaora hizo un ejercicio de identidad, de ensamblaje; el contrabajo, el violín y la percusión daban el entorno adecuado para el diálogo musical entre las palabras del escritor en la voz de Mayte Martín y la guitarra solista de José Luis Montón, plena de ecos poéticos y pasajes descriptivos.


Nunca apareció tan poeta Manuel Alcántara que en la voz de Mayte Martín. Los versos del escritor recorrieron en forma de canción el patio de butacas y los palcos del coliseo donde, emocionado, sentía cómo volaban sus palabras en los corazones malagueños.

No sé si a lo que hace la artista se le puede llamar canción flamenca o simplemente estamos ante la faceta cantautora de la catalana, emulando a Paco Ibañez y compañía cuando prestaban melodía musicada a los versos de los poetas. En cualquier caso despedía olor a flamencura y no hubiera estado mal trufar algún apunte más explícito. Pero se mantuvo en la ortodoxia de lo que estaba haciendo.

Aún con lo emotivo y evocador de la noche, no encuentro ninguna razón para que este recital forme parte de un Festival de Verano, ni para que no haya venido antes a Málaga en programación normal. Porque la verdad es que su forma de cantar no es fresca ni veraniega y los poetas, en general y según el tópico, son más de otoño. En ese contexto resultó un concierto lacónico, triste y ensimismado. Claro que ya sabíamos lo que íbamos a ver; suerte que después partimos hacia el Echegaray para disfrutar de lo que fue la gran revelación del Terral: La Boreal Soul System.

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