lunes, 3 de mayo de 2010

Nixon - Frost por Teatre Lliure


Crítica de teatro por Norberto Rizzo
Hasta tirar la toalla


Lugar: Teatro Canovas, sábado 24 de abril de 2010
Título: Nixon-Frost
Dirección: Àlex Rigola
Cía: Teatre LLiure

Hoy por hoy, es indiscutible que la televisión es la gran caja que concentra la atención de las grandes masas, y este montaje recrea un momento que la llamada caja boba y un presentador de los tan en boga "talk show", lograron para la historia; hablo del encuentro Nixon-Frost. Este nuevo espectáculo de la compañía del Teatre Lliure está al nivel de lo que nos tiene acostumbrado, una función de alta calidad, bien actuada, bien dirigida y sobre todo comprometida ideológicamente en su contenido. La dirección de Alex Rigola, es excelente y fundamental para lograr que este montaje mantenga al espectador en constante estado de interés frente a lo que va aconteciendo cronológicamente. La puesta es un puente entre el teatro y el cine. Éste es un ejemplo de la buena utilización de los medios audiovisuales en la escena, cosa que no siempre se puede decir de ciertos montajes. Las actuaciones son de un nivel de credibilidad supremo que hacen que la historia pase de ser una obra de teatro, al backstage de la entrevista que también veremos en directo. Nixon-Frost es una adaptación de la nominadísima película que recrea el encuentro de estos dos personajes que marcaron un hito histórico, en una entrevista que consiguió la declaración y disculpa de Nixon frente al caso Watergate.


Este montaje tiene muchos puntos de contacto con hechos políticos que estamos viendo día a día en los medios de comunicación, y enseña los entresijos de lo que podemos llegar a pensar que se da pero que, en la mayoría de los casos, no podemos llegar a enterarnos por la manipulación de los medios.

Esta nueva propuesta del Teatro Lliure no deja indiferente a nadie en el patio de butacas, y puedo asegurar que el silencio que se mantuvo a lo largo de las dos horas que dura la función se percibía en ciertos momentos hasta incómodo. Todos estábamos participando de algo que de verdad no nos suena muy desconocido, y por consiguiente desemboca irremediablemente en la reflexión.

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