domingo, 16 de mayo de 2010

La hora feliz en el Echegaray


Crítica de teatro por Zulema Troya.
Nunca es tarde para intentarlo

Lugar: Teatro Echegaray, viernes 7 de mayo de 2010
Obra: La hora feliz de Sergio Rubio
Compañía: Caramala.
Intérpretes: Virginia Muñoz, Carmen Baquero y Noemí Ruiz
Dirección: Caramala


El pasado viernes, día 7 de mayo, la compañía Caramala puso en escena “La Hora Feliz" en el Teatro Echegaray, espacio en el que ya actuaron con motivo de su inauguración oficial. El espectáculo se basa en tres personajes femeninos, Vito, Lis e Inma, tres actrices que trabajan como camareras (más real que la vida misma) y que perdieron la ilusión por su carrera artística por el camino. Sin embargo, asistimos durante el desarrollo de la pieza, a su gran oportunidad, a su último tren. Vemos cómo elaboran el espectáculo, su lucha contra sus propios miedos y la realidad social que les rodea. Caramala se mueve entre la ficción y la realidad de personajes y actrices, entre historia y documental. Pero todo, enfocado desde el humor y sin ningún tipo de pretensión.


"La Hora Feliz” es un espectáculo muy divertido, que se apoya en un ágil y efectivo texto de Sergio Rubio. Cabe destacar que la dramaturgia la construye el autor sobre un trabajo conjunto con las actrices, consiguiendo elaborar un discurso fresco, ingenioso y andaluz.




Es un espectáculo de humor y muy malagueño, directo, sin dobleces y con toques picarescos. La puesta en escena es sencilla y versátil. Destacan la interpretación y el texto. Es un espectáculo más que recomendable. Sólo un pero: esperamos desde ya su próximo espectáculo.



Las canciones están bien interpretadas y dan ritmo a la obra. Las actrices se quedan con el respetable y le hacen pasar un buen rato. Por lo demás el tema no es muy trascendente, excepto para aquellos actores y actrices que viven en sus carnes esta situación. Artistas que buscan el éxito y se tienen que conformar con servir copas en la barra de un bar, algo que parece tópico pero que es el pan de cada día de muchos jóvenes que se quieren dedicar a esto del arte escénico. Un mensaje sobresale en el planteamiento dramático: nunca es tarde para intentarlo.




 

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