sábado, 15 de mayo de 2010

Cortos para vivir el cine


Crítica de Cine de José Manuel López Gaona
CORTOMETRAJES ANDALUCES DIPUTACIÓN DE MÁLAGA


Lugar: Centro Cultural Provincial, Viernes 7 de mayo de 2010.
Cortometrajes a concurso.

Después de leer la crítica anterior, fui con el ánimo predispuesto a encontrarme cortos de bautizos y comuniones, como mínimo. Y una sala vacía. Afortunadamente para todos, me encontré con unas 50 ó 60 personas, muy variopintas, pero no un público de intelectuales o universitarios. Empezamos bien. Un presentador sale y nos informa acerca de lo que vamos a ver, muy digno.

Vivimos con el ánimo predispuesto a sentir la felicidad, más que por lo que tenemos, por lo que NO tenemos. Tengo un coche tal y me gustaría tener un coche cual. Y si quieres, cambia coche por cualquier otra cosa, por ejemplo cine… Aquí, en Andalucía, tenemos un cine fantástico, aunque no requiera de millonadas, solo del afán y el talento de los que lo hacen. ¿Por qué compararnos con otros cines millonarios? Aquí hay buen cine. Y lo vemos en este concentrado de cine muy, pero que muy entretenido. Agregándolo todo dieron para 78 minutos. Yo me lo pase pipa.

Empezó la cosa con Salvador Cueva, que con un lenguaje erótico, muy subido de tono, nos mostró los sentimientos reales –y eventuales- de una pareja de adolescentes. La chica descubre que le resulta ensanchante tirarse a un tipo que es mas interesante que su novio. Y se lo tira, sin remordimientos, aunque sabe que le puede joder al novio. Y lo expresa, no solo con el guión, también la cámara acompaña los movimientos; no son fotos fijas. Expresa, digo, todo el fragmentado de dos emociones juntas (aunque distintas) en una pareja, más que esa “comunidad de afectos” única, que son las parejas estables. Pero sin carga moral… la nieve es blanca, te pongas como te pongas. Muy pulcro, técnicamente.

Continuó con Ismael Alcázar. No sé si lo rodó con un móvil o los efectos eran tales, pero nos muestra la transformación de paisajes urbanos en confusos sentimientos oníricos, por mor de percibir la ciudad desde el prisma de una cámara de vídeo. Define la ciudad y toda la confusa amalgama de luces e imágenes –hasta graffitis  interesantes- y le da la forma del que la vive, desde lo angosto de 4 paredes del apartamento de un chaval. Muy original y creo que tiene una labor de postproducción importante.

Fali Álvarez nos mostró un trabajo de cine- collage en algunos momentos. Fue un corto de 16 minutos, el más largo y que acaba con fotos superpuestas de la torre de la catedral destruida en la playa, muy creativo; una actuación del protagonista que –pienso- soportó el argumento.

Otro corto de Fali Álvarez

Ricardo Bajo Gaviño nos recreó un tipo que en Frigiliana –no confundir con Sunset Boulevar, o similar- se enfrenta a su pasado, sin miedos y lo acepta. Hermosa lección. Eres lo que eres y –evolucionando- lo seguirás siendo.

Luis Moreno, en el más breve de los cortos -de 7 minutos- nos da, con el fogonazo de un disparo, la luz para entender las necesidades de un sicario. Y las ventajas de un equívoco, lo que diferencia la vida de la muerte. Quizás esto esté muy alejado de nuestras “sensibilidades”, pero para la gente de Las Maras, que ya conviven con nosotros, sea real. Hollywood, en una píldora.

"Rem", de Mario Venegas, 12 minutos. Lo mas intelectual. Rem es sueño. Para mí el mejor. Imágenes que se componen y se descomponen con encuadres abstractos. Volúmenes y fluidos enmarcando el rostro de una mujer. Ella y su doble, confundiéndose y afirmándose en escenas del triste verdoso de un psiquiátrico y una habitación de pareja de clase media mediocre. Incomunicados, juguetes de sus propios fantasmas. Me pareció que una pareja se busca, explicado desde la sensibilidad de la chica, o tal vez no. Lo que es seguro es que era cine en su máxima acepción poética.

Otro corto de Mario Venegas

Y por último la cachondada de Cheli Sánchez. Que gracia debe tener la tía esa. Con un lenguaje cinematográfico muy pulido y un trabajo de actor profesional, nos cuenta los jodidos desvaríos de un pobre infeliz que se gana la vida vendiendo cosas y vendiéndose él. Es aquello de medir la felicidad de un pueblo midiendo el PIB del país donde pace. Tanto ganas, tan feliz eres. Una crítica de lo más apropiada y con el lenguaje más divertido

En fin, una noche de cine –gratis- muy recomendable para los que piensen que el cine es caro; además las pelis de América del Norte no siempre son buenas y no nos cuentan cosas de Málaga. ¡Viva el cine!

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